martes, 23 de julio de 2013

MUXART

       El pasado viernes 19 de julio inauguré mi exposición Contradansa en Martorell. Esta vez en el Muxart Espai d'Art, un lugar increible.
       Para la ocasión preparamos un concierto especial con Roberto R. Zudaire (baile/performance), Paloma Sánchez (visuales) y, claro, el Primo Gabbiano (música). La intención era aprovechar el patio interior del museo, con sus desniveles, sus escaleras y su propia iluminación para elaborar un evento de corte onírico, quizá espiritual (sic).
       Paloma preparó una corona de leds para Roberto y, viendo las imágenes, fue un hallazgo. Un prometeo deambula fascinado por los sonidos y objetos que encuentra. Las imágenes proyectadas, una sutil mezcla de retroalimentación analógica y cacharrería digital, ofrecieron un contrapunto gélido a la actuación. Dominaron los azules y los colores fríos. Cromatismos necesarios para una noche de verano.
       La música que preparé e improvisé incorporaba muchos silencios, el espacio así lo demandaba. Está bien escuchar e incorporar los sonidos del público, la respiración del bailarín, las campanas de una iglesia cercana... Normalmente el músico (y los técnicos de sonido) imponen una dinámica de frecuencias, texturas y volúmenes a lugares que no los necesitan o que, sencillamente, sugieren otros tratamientos.
El Muxart requería diálogo. Mezclé también algunas sonoridades, digamos, étnicas (o así me lo parecieron) y mucha electrónica rota, sin patrones rítmicos claros o, directamente, impresionista.
      Creo que algo de todo esto se ve en los vídeos que hemos rescatado. En este tríptico elemental hay destellos de aquella noche y emociones que afortunadamente captó la cámara. Y, por supuesto, detalles... porque ya sabemos que ellos contienen la verdad.